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Jueves, 20 de Junio de 2013

A la ministra no le gusta la morcilla

Los "afectados" por la puesta en servicio de unos kilómetros de la A-73 (Villatoro-Quintanaortuño) no tienen mucha suerte. Además de verse perjudicados económicamente por el descenso de negocio debido a que los vehículos ya no van a parar como lo venían haciendo hasta la fecha en sus establecimientos, hay que sumar que van a tener muy dificil que sus reivindicaciones sean atendidas. Al menos mientras esté en el cargo la actual responsable de Fomento, Ana Pastor, entre otros motivos porque a la Sra. ministra no le gusta la morcilla.


Radio Arlanzón

El jueves 13 se inauguraba oficialmente ese tramo de autovía. En un momento del acto oficial, el alcalde de la Merindad de Rio Ubierna, Raul Martín Bellostas se acercó hasta la ministra y la ofreció una morcillas de Sotopalacios, para que cuando se las comiera se acordara de los perjuicios, especialmente económicos que los fabricantes de este producto tan burgalés como es la morcilla empiezan a notar tras la puesta en servicio de esa nueva carretera, porque los coches ya no paran a comprarlas.EL CONFIDENCIAL escuchó, poco después de que la ministra aceptara el presente, que no convoluto, y en su boca la siguiente expresión: "si supiera que no me gusta la morcilla". Con anterioridad la Sra. Pastor también se había preocupado por conocer la filiación política del alcalde que le hacía tal obsequio, que como la mayoría de los de estos lares, porque no puede ser de otra manera, pertenece al Partido Popular ( bien es cierto que al sector que tiene una sensibilidad distinta a la que portan los que ahora están al frente de la Ejecutiva Provincial Popular).Dicho esto, llegamos a la conclusión de que si no se las ha comido, poco va a acordarse de los problemas de los de Sotopalacios, como creía el alcalde que iba a suceder cuando degustara en el plato tan rico manjar.Creemos que D. Raul se equivocó con el "detalle". Un facsimil de Mio Cid, con cubierta de lujo; algo tan recurrido como unas flores; o una pastas de las monjas de Vivar, seguro que hubieran tenido un mejor y mayor efecto. 




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