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Jueves, 22 de Enero de 2009

La familia de Marisa Villaquirán insiste en que ella nunca abandonaría a sus hijos

En la Audiencia Provincial de Burgos prosigue el juicio, iniciado el pasado lunes, por el que se tratan de esclarecer las causas que rodearon la desaparición, en Miranda de Ebro, de Marisa Villaquirán, el 7 de diciembre del año 2004 y si su marido, Rafael, tuvo algo que ver. Tras las declaraciones de los siete encausados, durante estos últimos días están declarando testigos que estuvieron presentes en el momento en el que se vio a la mujer subir a un coche, así como familiares y personas del entorno de la desaparecida. Durante la sesión de hoy se escuchó el testimonio de uno de los cuatro hijos de Marisa, Joseph David, quien insistió, tanto a preguntas de la Acusación, de la Fiscalía y  de la Defensa, que su madre nunca hubiera abandonado a sus hijos o se hubiera marchado sin dejar rastro.


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Joseph fue claro a la hora de definir al marido de su madre, quien no vivía en el hogar desde hacía cuatro meses antes de su desaparición, como una mala persona y un maltratador. En la vista salieron a relucir los SMS que la hermana de Joseph recibió, enviados, desde el 8 de diciembre hasta el día 13 en el que se puso la denuncia de desaparición, desde un móvil de Marisa. El joven asegura que leyó esos mensajes y que no pudieron ser escritos por su madre, tanto por la ortografía como por su contenido ya que decían que Marisa se había marchado con otro hombre. Joseph recalcó que su madre no tenía intención de dejar su hogar y menos a sus cuatro hijos por propia voluntad, que aquel mismo día le dio dinero para la compra y que se fue a trabajr sin llevarse ropa, dinero o incluso la medicación que tomaba. El hijo de Marisa respondió también a las preguntas relacionadas con una discusión telefónica, la noche anterior a su desaparición, con un hombre, quien Joseph cree que podría ser Rafael pero que no supo reconocer ya que no escuchó su nombre. En la conversación la mujer pedía que le devolviese un anillo suyo, comprado por ella, según le contaron a Joseph después de la desaparición y regalado por Rafael, según dejó entrever la Defensa. Pese a que la Defensa ha intentado probar contradicciones entre el testimonio en la vista y lo dicho durante la instrucción o lo que le contaron o vio él, Joseph David insistió que su madre no se pudo ir por propia voluntad. La vista que se prolongará hasta principio de febrero, contó más testimonios como el de la madre de la víctima y de una amiga de Marisa.




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