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Viernes, 9 de Agosto de 2013
El Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Castilla y León ha restaurado el volumen del Fuero Extenso de Briviesca, otorgado por la infanta Doña Blanca en 1313, y de cuya promulgación se conmemora el VII centenario.
Radio Arlanzón
Esta actuación se enmarca dentro de las acciones que desarrolla la Consejería de Cultura y Turismo para la conservación del patrimonio documental custodiado en archivos y bibliotecas de Castilla y León. El Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Castilla y León ha llevado a cabo la restauración del Fuero Extenso de Briviesca, del que se conmemora el VII centenario de su promulgación. El volumen del Fuero se custodia en el Archivo Municipal de Briviesca y podrá contemplarse, junto a otros códices y documentos del archivo, en una muestra que acoge el Ayuntamiento de la villa burgalesa, con motivo de la celebración del VII centenario de su Fuero. Este trabajo de restauración se encuadra dentro del plan de intervención que la Consejería de Cultura y Turismo lleva a cabo con el fin de preservar la conservación del patrimonio documental custodiado en archivos y bibliotecas de Castilla y León. El Fuero Extenso de Briviesca o Nuevo Derecho, otorgado por la señora e infanta doña Blanca en 1313, ‘suprema autoridad de Briviesca’, supone la aceptación del espíritu y texto del Fuero Real o Libro del Fuero que mandó componer el rey Alfonso X para todo el reino, pero readaptándolo a una versión más libre y menos literal, específica para regir los destinos de la población de la villa. El volumen del Fuero es un códice manuscrito en pergamino encuadernado a plena piel sobre tapas de madera y conserva bollones metálicos en el plano anterior y posterior de la cubierta. El códice está formado por 97 páginas con letra de privilegios sobre pergamino y el manuscrito está compuesto por 12 cuadernillos organizados en cuaterniones. De forma previa a la intervención en el códice, se llevaron a cabo una serie de estudios de caracterización de los elementos que constituyen la encuadernación, análisis de pigmentos del cuerpo del libro y estudio del cuero de la cubierta, que ofrecía la singularidad de contar con una imprimación roja que cubría la superficie de la piel. El volumen del Fuero presentaba distintos grados de deterioro, pudiendo calificar como aceptable el estado de conservación del cuerpo del libro, mientras la encuadernación presentaba alteraciones severas motivadas por uso, manipulación y por efecto de la contaminación biológica. Este deterioro de la cubierta hacía peligrar su integridad física y funcional. En cuanto al cuerpo del libro, las tintas caligráficas de naturaleza metaloácida de los elementos gráficos acusaban empalidecimiento. Los criterios que se han utilizado en el proceso de restauración se han basado en garantizar la estabilidad del soporte y la permanencia de los elementos constitutivos de la encuadernación. Partiendo del diagnóstico del estado de conservación, se realizaron operaciones previas como la paginación de seguridad de todos los folios y un esquema de la estructura del libro y aspectos relacionados con la costura. Después se llevó a cabo el desmontaje de las tapas, se desmontaron los fascículos y se realizó el levantamiento de las guardas que estaban unidas a la contratapa de madera. El tratamiento de restauración se inició de forma independiente para el cuerpo del libro y la encuadernación. En el cuerpo del libro se realiza una limpieza en seco y se lleva a cabo la hidratación del pergamino con vapor de agua. Para realizar la unión de grietas y desgarros y la reintegración de zonas perdidas se hicieron injertos manuales con material homogéneo y estable. Para el montaje del libro se componen los cuadernillos y se realiza su costura y luego se elaboran cabezadas que se fijan a las tapas respetando su disposición original. En cuanto a la cubierta y para preservar la integridad del original, se elaboró una cubierta de protección con piel nueva de cabra que sirve como base y sobre ella se superpuso la piel original. Debido al deterioro que presentaban las guardas originales se ha optado por sustituirlas por otras del mismo material, de vitela, que se han unido a las contratapas de madera.Por último se ha diseñado una caja para su conservación, con materiales de conservación inocuos y químicamente estables. El Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Castilla y León ha contribuido a la conservación de numerosos documentos medievales y de otros manuscritos similares al este Fuero de Briviesca emanados de la autoridad real. Entre ellos cabe destacar las restauraciones del Fuero de Soria concedido por Alfonso X; el Fuero Extenso de Sepúlveda de 1300, confirmado por Fernando IV y Juan I o el Fuero de Peñafiel de 1345. Se trata de una tipología documental relevante dentro de la historia de Castilla y León, ya que su promulgación contribuyó a uniformizar el Derecho aplicado en ciudades y villas durante la Edad Media.
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